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Escribe: María Esther Melgar Apagüeño[1]

El siguiente artículo aborda el tema de la implicancia de la irrupción de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) a la política y cómo esto ha iniciado la discusión sobre si, ciertamente, esta irrupción significa algo novedoso o no, o si solo estamos frente a un escenario más como canal de la política o frente a qué estamos.

Con este fin, el ensayo desarrollará una primera parte del estado de la cuestión y de definición conceptual, con el cual se construirá un discurso argumentativo sobre la pregunta planteada. Seguidamente, se analizará si la Comunicación 2.0 es algo similar a la comunicación tradicional evaluando algunos aspectos que han devenido con el surgimiento de este tipo de comunicación digital. Finalmente, se esbozará un acercamiento a lo positivo y negativo del desarrollo de esta comunicación 2.0, basándose particularmente en la ciudadanía, su acción en la red y sobre la prospección de dicha acción en el tiempo y, luego, se terminará en unas conclusiones.

 

  1. La Ciberpolítica, la tecnopolítica, el ciberactivismo y la comunicación 2.0

Para iniciar este trabajo se abordarán algunos conceptos clave, los cuales son necesarios estudiarlos en su complejidad, dado que sobre estos se desarrollará este estudio. Por ello, la pregunta ¿qué es lo nuevo que encontramos en las tecnologías que nos proporciona el internet?, es el principio de una discusión nada nueva, pero que, sin embargo, se trabajará con el fin de entender por qué hoy en día la academia, en politología y otras ciencias conexas, está tan preocupada por comprender este fenómeno comunicativo y sus efectos. Parte de la discusión se resuelve si entendemos las nuevas tecnologías son un desarrollo implícito de la irrupción del internet como medio, nuevo medio, de transmisión de mensajes de un emisor hacia un receptor.

No obstante, en el campo de la política tenemos este contexto como un lugar propicio para la transmisión de ese mensaje cargado de emociones y elocuencia discursiva-persuasiva, y para lograr la comunicación política de forma real a través de la interacción. Adicionalmente, el mundo de la web ofrece un espacio muy fértil para el trabajo político, no solo con la transmisión en sí misma del mensaje político sino con la interacción del ciudadano que se encuentra inmerso en este mundo digital.

Así, como primer punto tenemos la definición del concepto de ciberpolítica. Ya en los trabajos de Fernéndez (2008), quien gracias al apoyo del Instituto Konrad Adenauer Stiftung, teorizó sobre este término, el cual lo asoció a otro neologismo denominado “tecnologías digitales”, a través del cual se intentó comprender este nuevo espacio dentro de la Web 2.0, en el cual nace este nuevo tipo de comunicación, asociada a la masividad de mensajes frente a la segmentación del mismo (p.10).

Ante ello, se entiende la ciberpolítica como aquella política que se hace a través del internet. No obstante, esta nueva forma de hacer política está asociada a la idea sobre el internet como un nuevo canal comunicativo, más no como un nuevo escenario comunicativo en sí mismo. Es decir, que la política encuentra en el internet una nueva herramienta para la transmisión de su mensaje, el cual no necesariamente es asumido como una interacción con el receptor como efecto de dicha transmisión. En otros términos, posiblemente estemos frente a un modelo de comunicación unilateral.

Ahora bien, otro elemento importante dentro de esta línea descriptiva y explicativa del texto es el término tecnopolítica, el cual nos refiere al uso de las herramientas que nos brindan las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación en la toma de decisiones o en la elección o votación de una propuesta. Algunos casos que pueden ejemplificar este uso es el Appgree o en Liquidfeedback, o el Agora Voting, solo por enunciar algunas. Es decir, la tecnopolítica se define como aquella acción del uso de la tecnología con fines políticos, básicamente en aquellos actos donde se necesite de la anuencia de nuestro público objetivo, ya sean votaciones, acuerdos, debate, etc. (Gutiérrez-Rubí, 2014, pp. 11-13)

No obstante, este concepto de tecnopolítica trae consigo un nuevo fenómeno comunicativo y deliberativo denominado “la democracia líquida”, que en otras palabras se refiere a la virtualización de la democracia directa y de la democracia delegativa, a través de un representante al que se le delega el poder de decidir sobre asuntos que no queremos tener una participación directa.

Otro concepto clave que es preciso analizar es del ciberactivismo, el cual se entiende por la actividad política y social que tienen las personas en el internet, pero sobre todo en las redes sociales, la cual se basa en la generación y organización de movimientos o tendencias en la red sobre temas de especial interés. Tal es así como el movimiento ni una menos – movimiento contra el maltrato a la mujer a nivel mundial-; algunas propuestas políticas – ahora ya realidades políticas como partidos- que tienen como principal herramienta de interactividad –sobre todo en sus inicios- la redes sociales como es el caso de Podemos y Ciudadanos.

Este concepto evoca la idea de lograr la participación política a través de la organización en un nuevo espacio, en desmedro de la política tradicional, la cual es considerada poco atractiva, poco participativa, mal vista y en desgaste. No obstante, si bien este tipo de activismo político en la redes positivo en muchos aspectos, también hay algunas cuestiones que son necesarias a bordar como el problema del correlato realidad virtual y realidad concreta, dado que en las acciones en la realidad virtual muchas veces no tiene su correlato en la realidad concreta; es decir, muchas de las acciones y participación de los usuarios de las redes sociales en actividades de carácter político no necesariamente terminan en acciones concretas fuera del espacio virtual. Asimismo, otro tema es el incremento del cinismo y la apatía por la política real sobre todo en la población más joven, lo cual actúa en desmedro de la construcción de espacios políticos concretos y reales en los que los jóvenes, como futuros decisores políticos, tengan una mayor y mejor participación para lograr la consolidación democrática (Subirats, pp. 124-126).

Por último, es importante abordar la definición de lo que se conoce como comunicación 2.0, la cual hace referencia a la comunicación que se realiza en redes sociales. No obstante, hay que diferenciarla respecto a lo que se conoce como la ciberpolítica en tanto que la comunicación 2.0 tiene como principal atributo la interactividad que se genera entre el emisor de contenidos y su receptor clave. Esta característica es sumamente importante dado que no se habla de una comunicación unilateral, como se ha ido dando en el internet y las redes sociales, sino que apela hacia una respuesta del receptor clave y, con ello, la realización de una dinámica que lleve a la realización de la tecnopolítica o del ciberactivismo y lograr un correlato en la realidad política concreta.

 

¿Es la comunicación 2.0 distinta a la comunicación tradicional?

 Desde lo expresado en los párrafos que preceden, es importante destacar la presencia del internet como un nuevo espacio para la comunicación interpersonal, pero sobre todo para la comunicación política. Hoy en día es impensable que políticos, organizaciones y movimientos ciudadanos no tengan una presencia en las redes, ya sea para darse a conocer – ciberpolítica-, o para interactuar con su público objetivo, por sus objetivos organizacionales, comunicacionales en sí o de participación. Por ello, es conveniente que los discursos y productos comunicativos se adapten a estos espacios que brinda la red.

Como parte de esta adaptación de los contenidos, se tiene hoy el fenómeno de la crossmedia y la transmedia, los cuales nos evidencian cómo se han ido adaptando los contenidos a las redes sociales. La crossmedia es un tipo de generación de contenidos que tienen una extensión en diferentes plataformas, lo cual hace que este cobre sentido en tanto que se sigue la línea argumentativa de los contenidos a través de estas plataformas. El uso deliberado de este tipo de narraciones motiva a que los usuarios de unas redes y no de otras, sean nuevos usuarios de las redes que sirven de soporte al contenido.

Respecto a la transmedia, es importante destacar que es la superación de la crossmedia, a tal punto que en esta vemos la generación de un contenido en particular en cada plataforma que le dan a un tema. Esto es muchas veces asociado a la idea del hipertexto y de la problematización sobre las implicancias de la generación de contenido libre y de creación múltiple, tal es el caso de Wikipedia. La transmedia es un paso más a la generación de la interactividad entre los usuarios (¿Prosumidores?).

Una herramienta importante y de gran uso en política es el storytelling. Como herramienta, su uso es muy eficaz al tratar de lograr discursos basados en ciertas evidencias y poder conseguir una perfecta ecuación entre historia e imágenes y así lograr ese acercamiento al usuario que compartirá dicho contenido en sus redes sociales. Hoy en día el storytelling es muy utilizado ciertamente por la facilidad de conmover a los participantes/usuarios de las redes sociales en política, ya sea por una historia del actor, una historia de aspectos que son importantes para el actor, etc.

Por otro lado, si bien en la actualidad el uso de las redes sociales, en general, es importante para el quehacer político, no podemos dejar de destacar el gran uso que hoy tiene Twitter cuando hablamos de política. Según muchos consultores, hoy en día esta plataforma podría ser calificada como “un verdadero campo de batalla”, en donde con un mínimo tweet o retwiteet los actores políticos pueden generar corrientes de opinión a favor o en contra de algún tema en específico. Es una plataforma de poco contenido, pero lleno de imágenes y videos respecto a algún tema en particular que genere la necesidad de ser leído, por su presentación de impacto, o generar en el usuario la necesidad de dar sus puntos de vista sobre el particular.

A pesar de los avances en el internet y las redes sociales, estas plataformas aún tienen grandes debilidades para lograr tener una conexión con las plataformas comunicativas offline. Desde esta perspectiva, muchos diarios de circulación nacional en España que tienen su versión digital, aún están en proceso del desarrollo de la interactividad con sus lectores. En el campo de lo político, este aún es un desafío para los partidos políticos, que son los que mayor incidencia tienen en redes sociales, pero sobre todo es un gran desafío para los canales oficiales del gobierno.

El mundo del internet y las redes sociales ha sido la gran revolución comunicacional de las últimas décadas y, por lo tanto, su uso es ahora mucho más intenso en el mundo entero. Sin embargo, la necesidad de saber cuál es un real impacto de su uso, solo podrá ser posible si se acortara las brechas digitales que existen actualmente – ya sea por no contar con el servicio o por el desconocimiento de gran parte de la población de su uso-. Esta reflexión nos da una idea de lo que internet podría llegar a ser en un futuro no muy lejano, en donde la conectividad del ser humano con la tecnología sería aún más estrecha y “el analfabetismo digital” se tendría en menor escala. Con este precedente, el mundo tendría que adaptarse a un nuevo tipo de ciudadanos, desinteresados por algunos temas en su cotidianidad, pero que se enfrascan en discusiones sobre los mismos en las redes sociales ¿Acaso no estamos hablando ya de los “Millenials”?

 

Bibliografía

Berrocal, S., Campos-Dominguez, E., Redondo, M., (2014). Prosumidores mediáticos en la comunicación política: El «politainment» en YouTube. Comunicar, 21 (43), pp. 65-72

Fernández, C.B., (2008). Ciberpolítica: ¿cómo usamos las tecnologías digitales en la política latinoamericana? 1a ed. – Buenos Aires: Konrad Adenauer Stiftung.

Gómez Castellanos, Rodolfo M.; Ortiz Marín, Manuel; Concepción Montiel, Luis Enrique (2011). Tecnologías de la comunicación y política 2.0. Espacios Públicos, 14 (30), pp. 72-8.

Gutiérrez-Rubí, A. (2014). Tecnopolítica. Disponible en: https://www.gutierrez-rubi.es/wpcontent/uploads/2014/11/Tecnopol%C3%ADtica.pdf

Subirats, J. (2015). Todo se mueve. Acción colectiva, acción conectiva. Movimientos, partidos e instituciones. Revista Española de Sociología, 24: 123-131.

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[1] Candidata a maestra en la Especialidad de Marketing, Consultoría y Comunicación política por la Universidad de Santiago de Compostela en Galicia – España, maestra en Ciencia Política y Gobierno por la Pontificia Universidad Católica del Perú y politóloga por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y. Docente universitaria de las cátedras de Ciencia Política y tesis de fin de carrera. Investigadora en temas de comunicación política, marketing político, democracia y los medios; agendación, agendas y agenda-setting, framing y medios y actores políticos, y comunicación gubernamental y políticas públicas.