Exportaciones sanas y seguridad alimentaria
Hay una razón intrínseca que lleva al hombre a alimentarse, pero para poder alimentarse la comida tiene que ser sana, es decir que los animales y las plantas que han servido para generar alimentos no hayan tenido ninguna enfermedad y ninguna plaga y que todos los alimentos procesados posteriormente tampoco hayan adquirido ningún problema.
Es por ello que hoy por hoy se habla de las exportaciones sanas. Todos los países tienen la tendencia de pensar que quieren venderle al mundo, que el mundo es su mercado; pero el mundo no es tan fácil, sobre todo por uno de los temas más importantes que es la sanidad de los alimentos que les quieren vender.
El ser humano rechaza automáticamente los alimentos que están en mal estado. ¿Entonces que hacen los países para tratar de evitar que se consuma estos alimentos en mal estado? Cada país establece requisitos denominados sanitarios o de inocuidad, es decir que no tenga determinada enfermedad, determinada plaga, tal contaminante, que tenga un límite de residuo, de plaguicida, de productos veterinarios, es decir que no exceda una regulación determinada.
Las exigencias de los consumidores respecto de la inocuidad de los alimentos han ido en continuo aumento en las últimas décadas. Sin embargo, la erradicación de los peligros microbiológicos y químicos de las cadenas alimentarias se presenta como muy dificultosa, incluso para países que aplican avanzados sistemas de vigilancia, control y estrategias de mitigación. Una serie de episodios críticos, tales como la epidemia de BSE (encefalopatía espongiforme bovina o mal de la vaca loca) asociada a una variante de la enfermedad Creutzfeldt-Jakob en humanos, la aparición de casos de gripe aviar; la contaminación con dioxinas en carne de cerdo, o los brotes por contaminación con Escherichia coli O157:H7 en verduras frescas, han sido fundamentales para incrementar la preocupación de los consumidores por la inocuidad alimentaria.
El tema es que como Perú se define como un país que provee alimentos al mundo, tiene no solamente que cuidar por el bienestar de sus consumidores internos, sino también cuidar el bienestar de todos aquellos consumidores del resto del mundo a los cuales le vende alimentos.
Ahora bien, el problema es que cada país se pregunta y establece distintos requisitos y existe alrededor de 194 países en este planeta. Imagínense tener que ir a hablar con 194 organismos en distintas partes del mundo, en distintos idiomas, todos los recursos humanos, económicos y esfuerzos tecnológicos que se necesitaría para poder dialogar con todos ellos y poder venderles, porque además cada uno pediría una cosa distinta. Como este mundo sería tan caótico mucho más de lo que es hoy.
Frente a ello los países decidieron establecer una regla y decidieron crear entonces la Organización Mundial del Comercio (OMC), que es la organización internacional que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los países; regula todas las disciplinas y los requisitos que los 168 países miembros a nivel mundial pueden imponer, protegiendo lo que se denomina el nivel adecuado de protección sanitaria para los animales, las plantas y los humanos.
Dentro de la OMC -que es esta regla mundial- existe el acuerdo sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, que lo que hace es establecer una serie de principios-principios generales sobre evaluación de riesgo-es decir, si un país toma una medida tiene que justificarla técnicamente ¿Cómo justificarla técnicamente? ¿Cómo lograr que un país sea libre por ejemplo de fribratosa o de mancha negra ¿o ¿Cómo lograr que otro país reconozca esa condición para poder exportar el producto de ese lugar?
En ese contexto ¿Saben cuál es la mayor tentación a nivel de los gobiernos a nivel mundial? Hacer trampa con los otros gobiernos. Para lograr reducir esta tentación de hacer trampa y tratar de reducir haciendo trampa las importaciones de alimentos, es que existen estas normas, estos criterios generales y estos principios básicos.
Si estos principios básicos no funcionan los países empiezan nuevamente a tentarse con cerrar sus importaciones y como Perú es considerado un país exportador de alimentos al mundo, cuanto mejor funcione la OMC más oportunidades tendrá de ser exitoso y cada productor en las distintas economías regionales y en cualquier parte del territorio peruano podrá tener una oportunidad de venta, para eso se necesita que los organismos internacionales funcionen, que los países lo respeten y que además se tenga la capacidad de acceder a ellos justificando sanitariamente y científicamente que se está en condiciones de acceder a estos mercados.
Es tan complejo el comercio internacional que uno puede pasar años negociando el acceso de un país, es decir el esfuerzo que implica lograr avanzar, destrabar, abrir y mantener mercados es permanente y tiene que tener e implicar dos situaciones:
La primera; se necesita instituciones nacionales fortalecidas. Un SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Agraria) con una gran capacidad de control y certificación. Organismos de promoción como PromPerú que puedan llegar a todas las partes del mundo con inteligencia competitiva, con capacitación, con promoción directa y con asistencias a las empresas. En segundo lugar; tener una participación muy activa en organismos internacionales como en el Codex Alimentarius, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF).
Esto significa que el Codex alimentario (Inocuidad) que es el ámbito donde se discute los temas de etiquetado, los temas nutricionales, las certificaciones de buenas prácticas, etc, sean normas acordes a la ciencia, pero beneficiosa para el Perú. Que el CIPF implica que las plagas vegetales puedan ser reguladas y tengan un mismo criterio a nivel mundial. Y que la OIE implica que todos los problemas de salud animal también tengan una única norma internacional.
En este sentido el Perú tiene que participar activamente en todos estos foros para que así no pierda participación mundial. Por lo tanto, es importante que se trabaje de manera conjunta todos los días para construir una agroindustria que represente fielmente el sentir de todos los peruanos.